¿"Feliz"?¿Qué tiene de feliz este día para el medio ambiente?
Las noticias han estado repletas de información referente al calentamiento global y la contaminación del medio ambiente; desde la contingencia ambiental en la Ciudad de México y el área metropolitana, peces con partículas plásticas dentro de sus cuerpos, políticos que creen que el calentamiento global es un invento de los chinos, hasta el controversial apoyo en la reconstrucción de la catedral de Notre Dame que puso a todos los ambientalistas a exigir que se le diera la misma importancia y aportación al cuidado del medio ambiente. Esta noticia dio vueltas al mundo ya que empresas multimillonarias y firmas de moda apoyaron con grandes cantidades de dinero la reconstrucción de esta obra de arte arquitectónica. La gente comenzó a argumentar que si el mismo presupuesto fuera destinado a la preservación de la naturaleza, la crisis ambiental prácticamente desaparecería.
Es precisamente por eso que hoy nos preguntamos por qué deberíamos festejar un día así si nuestro planeta se encuentra en crisis y las empresas prefieren destinar esas cantidades de dinero para otros asuntos que evidentemente dependen de la naturaleza para existir.
Es hora de tomar acción y exigir tanto a los productores como a los distribuidores, el respeto y la integración de técnicas responsables con el medio ambiente. Nosotros los consumidores, tenemos el poder de reclamar la manera en la que deseamos que algo sea producido pues pagamos por ello. Nosotros tenemos el poder para tomar la decisión de adquirir un producto ya sea en un supermercado o en un establecimiento o mercado local. Podemos decidir si llevar con nosotros nuestros contenedores para ahí colocar nuestras compras a granel. El consumidor siempre tendrá el poder y la voz para exigir lo que necesita del vendedor.
Hoy en este Día Mundial del Ambiente, en lugar de compartir publicaciones en tus redes sociales, sal a la calle y ten el valor de pedir que te coloquen tus productos en una bolsa reutilizable, o rechazar productos desechables como popotes, servilletas y cubiertos, o simplemente, recoge algún pedazo de basura que encuentres en tu camino al trabajo o a la escuela. Está en nosotros cambiar nuestros hábitos y realizar pequeñas acciones que lejos de ser insignificantes, tienen el poder de cambiar al mundo.
